El hecho de introducirme en el mundo de la sexología no ha sido para nada casual ya que siempre he vivido la sexualidad con naturalidad, entendiéndola como algo que forma parte de todas y cada una de las personas. Sin embargo, a pesar de ser tan nuestra como el color de nuestros ojos es un tema que resulta difícil de nombrar en según qué contextos e incluso causa rubor y vergüenza cuando y con quien menos te lo esperas.

Resulta increíblemente liberador romper tabúes propios e
impuestos, por eso me gustaría ayudar a todas aquellas personas que
necesiten de esa liberación a quitarse el gran peso que supone tener preguntas, inseguridades o problemas relacionados con su sexualidad.


Nuestro cuerpo es una fuente infinita de placer y goce al que todos tenemos derecho a
acceder. Sucede que en momentos de nuestra vida y por diversas circunstancias no sabemos o no nos sentimos capaces o merecedores de ese placer y olvidamos esa habilidad intrínseca en nosotros. La sexología ayuda para ampliar el punto de vista con respecto a nuestra vida sexual y reconectar con nuestro cuerpo de una manera placentera.

La salud sexual es la integración de los elementos somáticos, emocionales,
intelectuales y sociales por medios que sean positivamente enriquecedores y
que potencien la personalidad, la comunicación y el amor.

Darse a uno mismo el permiso de experimentar con la propia sexualidad conlleva a un proceso de autoconocimiento que permite ver posibilidades que posiblemente antes no se hubiesen planteado, puede ayudar a mejorar la salud física y psicológica mejorando la autoestima y en caso de tener pareja, puede ayudar a fortalecer el vínculo entre ambos fomentando la comunicación y la complicidad a través de las muestras de cariño y afecto que se producen en la intimidad.

¿Cuándo puede ser aconsejable acudir a consulta o terapia sexual?


● Si las relaciones sexuales te generan más problemas o preocupaciones
que placer.
● Si las relaciones sexuales te producen dolor, malestar o disconformidad.
● Si no te sientes libre a la hora de expresar tus gustos o preferencias
sexuales.
● Si hay dificultades a la hora de comunicarse con la pareja en la intimidad.
● Si hay insatisfacción general relacionada con el número de relaciones
sexuales o con su calidad.
● Si la libido es baja, hay desinterés sexual o monotonía en este campo.
● Si hay pensamientos u otros elementos que limitan tu placer.
● Si tienes conductas sexuales perjudiciales.
● Si hay disfunción eréctil o eyaculación precoz.
● Si se tiene dificultad a la hora de alcanzar el orgasmo (anorgasmia).
● Para recibir acompañamiento en procesos de cambio en tu cuerpo y tu
sexualidad como puede ser durante el embarazo, la adolescencia o la menopausia.
● Para recibir acompañamiento emocional y educación sexual en caso de
aparición de alguna enfermedad que afecte a la relación que tienes con tu
cuerpo.
● Para recibir acompañamiento emocional y orientación en procesos de
autoconocimiento.
● Para obtener información sobre Orientación, Identidad y Desarrollo
Sexual


La terapia sexual trabaja actitudes, valores, emociones, autoestima, y otros
elementos que, como consecuencia indirecta, mejoran la calidad de las
relaciones sexuales y de pareja en el caso de que la haya.

A través de la terapia sexual se puede conseguir:


❖ Derribar falsos mitos que limitan nuestra visión de la sexualidad para
tener un abanico de posibilidades más amplio y personalizado.
❖ Aprender a vivir el cuerpo y la sexualidad de manera plena entendiendo
nuestros límites y nuestras capacidades en cada momento de nuestra vida.
❖ Comprender que ni la enfermedad ni la edad son impedimentos para el
disfrute de uno mismo y la pareja siempre que haya una actitud positiva
por nuestra parte.
❖ Explicar que cada persona tiene derecho a darse permiso para tener
fantasías, disfrutar y experimentar a través de su cuerpo.
❖ Dar herramientas para afrontar los nuevos retos que van apareciendo a
lo largo de nuestra vida que nos pueden ayudar a reconectar con nuestro
placer y la pareja.